Palabras de pan... esas que te hacen sentir que aun corre amor por tus venas...."
Toda la mañana haciendo un trabajo necesario pero ingratificante, mientras Ionosh se inventa una crítica cientifica Luca la pasa a inglés en el ordenador y Marian hace unos huevos fritos y unos macarrones con tomate, la poca comida que hay en la habitación. Comen sentados en el suelo y charlando de diversas cosas, métodos de exclusión mutua...(válidos en la ingeniería, pero en el mundo de las personas también valen?), viajes a España o historietas alcohólicas. Acaban de comer y los tres tirados en la cama comienzan a charlar, no hay ganas de continuar con el trabajo necesario e ingratificante, tienen ganas de charlar y reposar la comida.
Luca ha viajado a España en la última semana, ha estado con su familia y su novia, ha vivido charlas con sus hermanitos, comidas con su madre y hermano, paseos por Granada pero hay algo que le ha removido la conciencia, se ha comprado una chaqueta innecesaria...de esas que aportan virilidad. Cuando se dió cuenta de que tal vez no la necesitaba intentó devolverla pero era demasiado tarde, a la mañana siguiente volvía a Francia. Pensando, pensando y pensando, sientiéndose, acariciando la guitarra, intuyendo miradas y escuchando "gracias" se le ocurre una idea descabellada. Ya no puedo devolver la chaqueta pero puedo quitarme de mi disfrute personal algo de dinero e invertirlo en alguna buena causa. No necesariamente una buena causa, simplemente hacer algo con él que yo crea necesario. A Luca se le ocurre hacer bocadillos y repartirlos entre las personas que no tienen que comer en las calles de Lyon. Al principio tuvo la idea pero no la desarrolló. Aquella tarde en el cuarto se había creado el ambiente necesario para compartirla, ¿Qué dirian Ionosh y Marian?.
Los amigos acogieron la idea al principio con un poco de desconfianza pero conforme fueron charlando y desarrollando posibles formas de hacerlo fueron ganando confianza, decidieron que no solo era importante dar bocadillos sino que además querian hablar con esas personas que necesitan comer y muchas veces no pueden. Querian "ayudarles" a sentirse otra vez lo que realmente son, personas. Querian escuchar sus historias, simplemente escuchar, eso no cuesta nada, son personas joder ¿por qué tantas veces las tratamos como cubos de basura, farolas fundidas, coches sin ruedas o seres invisibles - "no-seres"?. Decidieron que el próximo Sábado harían bocadillos e intentarían darlos después de algunas palabras de pan. Terminaron el trabajo necesario e ingratificante tras la victoria de Hamilton.
Sábado...Han quedado a las 10, Marian se despiertas a las 10, llama a Ionosh que está dormido pero consigue despertarse a las 10:10, y Luca? Es el cerebro, pero ahora es el cerebro dormido. A las 12 y pico Luca se despierta. Preparan los bocatas de queso y salami y se ponen en marcha cada uno con una mochila y 5 bocadillos. Ilusionados y titubeantes por las posibles reacciones de las personas a las que buscaban se pusieron en camino...
- Mientras van en el metro intercambiando alguna que otra palabra y sonrisa accede un músico con una guitarra y un altavoz a la espalda. Canta canciones en español, nuestros amigos saben español y le explican como pronunciar alguna palabra. Después se quedan charlando con él, es rumano y compró su equipo musical en Italia hace 7 años. No tienen dinero así que Luca le ofrece un "sandwich" y acepta encantado. Da las gracias agradecido y se pierde en el metro...
- Caminando hacia la place Bellecour saliendo de la place Terraux se topan con un señor grueso sentado en un minitaburete. Dudan si deben acercarse y como hacerlo, ahora son 4 amigos, se ha unido Cosmina. Ni cortos ni perezosos se acercan y comienzan hablar con él, se llama Ionosh, es de Bosnia, lleva dos años en Lyon y tiene 5 hijos con los que vive en una Roulotte. Prefiere pasar frio y hambre que escuchar bombas, que levantarse inquieto por la noche...Charla de una forma viva y alegre, sonrie y mueve las manos, le da un apretón a todos los amigos y acoge el bocadillo con un "Merci, merci beaucoup!!".
- Continuan el camino y en la puerta de una iglesia ven a una señora morena, se acercan a ella y se sientan en el suelo junto a ella, se llama Marian, es rumana, duerme en el parque con 7 de sus hijos, el mayor se marchó a Rumanía hace un tiempo. Su casa se fue al mar tras lluvias torrenciales, no tenian forma de levantar cabeza en su país. Aquí al menos sus niños van al colegio. Acepta el bocadillo pero preferiría dinero o shampoo para lavar la ropa...Aun así, da las gracias, merci.
- Delante del escaparate de una tienda de chaquetas viriles se encuentran a Luca, es francés, tiene un perro precioso y al pregutarle su nombre contesta: ¿Porquoi?...por que queremos charlar...Tiene un rostro simpático, con ojos inquietos y labios nerviosos. Conoce España, sabe bastante del deporte actual y de la geografía. Mantienen una conversación activa, preguntas, respuestas...alegría. El bocadillo lo abre en cuanto los amigos continuan su camino.
- Llegando a la place Bellecour se topan con una señora y un niño en sus brazos. También son rumanos y la señora habla muy poco francés. MArian juega con el niño que se llama Cosmin, es lindísimo, ojitos inocentes y sonrisa de las de verdad, de las de niño. Al sacar los bocadillos los ojos del niño se iluminan y dicen...X. La madre se muestra muy agradecida y se marchan haciendole una carantoña al enano.
- Los 3 amigos se encuentran comiendo lo mismo que han ido repartiendo y se acerca un señor con hambre y con sus ojos pide algo, Ionosh le ofrece un bocadillo y sin decir palabra lo coge, se sienta y se lo come. No tiene dientes.
Una experiencia inolvidable, que habrá alimentado más?. Los bocadillos o las pocas palabras y la confianza que dieron a las otras personas?. Cuánto cuesta hacer que otra persona se sienta persona?. Quién ha comido mejor, los que escuchan o los que hablan?.
Palabras de pan, pan y palabras, solo pan, solo palabras. Humanidad. Sólo eso.
